Cuando cumplí los 28 años de edad, atravesé la peor crisis de mi vida. El mundo, tal y como lo conocía, comenzó a parecerme una verdadera estafa. Nada ya tenía sentido y todo estaba construido sobre las más burdas y groseras mentiras. Entre en un túnel negro, me aislé del mundo, me hicé - ahora me rió - ferviente existencialista, y hasta inicié la escritura de una obra en euskera que contaba las peripecias de un idealista que había perdido todo referente y que se encontraba plenamente desengañado con el mundo: ERORI NINTZEN (que significa me caí, en un juego de palabras que hacía un guiño a Albert Camus, por su obra LA CAIDA)
Tras atravesar aquella crisis, y cuando llegué a comprender la basta transformación personal que se había producido en mi, me dije a mi mismo: ¡ Bienvenidas sean las crisis, si traen como resultado estas transformaciones!
Crisis viene de Crisalida. Y la crisalida es ese ambiente, ese mundo particular e intimo que emerge en los tiempos de crisis personales; en donde vamos a encontrar el caldo de cultivo de la transformación interior, para emerger de esos proceso completamente transformados, si somos capaces de tener el valor de no negarnos el permiso para atravesar ese periplo, con la debida capacidad de autocomprensión, respeto y observación, una actitud pedagogica, un enfoque sistemico en donde tan solo se esta produciendo un reseteado de viejos valores, ideas y creencias que han perdido ya para nosotros todo sentido.
Biodanza nos da herramientas para hacer frente a las crisis. En el proceso madurativo de Biodanza, se producen estos eventos. Nos encontramos con viejas heridas. Emergen viejos fantasmas. Terminamos sentándonos ante el espejo, sin poder dar la espalda a algunas de las cuestiones pendientes que se han ido agrandando, han ido tomando fuerza, o bien por que las reprimimos en su día, o no las hemos podido ver,
o en algunos casos las hemos estado huyendo, negando, gastando una cantidad brutal de energía en ese esfuerzo y lucha.
Estas herramientas de biodanza, estan muy relaccionadas con las categorias del movimiento y los efectos que las danzas y ejercicios de biodanza producen. Si el conflicto o dificultad de la persona, tiene relacción con su incapacidad para tener una disposición madura frente a la vida, si hay difultad para vivir el presente y percibir el entorno, con gran tendencia a la ensoñación y conflictos permanentes con personas por una falta de escucha, feedback y progresividad, trabajar movimientos que fortalezcan la identidad y nos conecten con el ritmo y el orden que emerge de ese ritmo, hasta integrarlo; puede ser de gran ayuda. La linea de creatividad es importante en esos momentos de crisis, ejercer la creatividad nos va a sacar de la idea obsesiva que nos ancla al dolor y nos va a conectar con nuestra intuición, nuestros potenciales o nos sorprenderá alguna idea o plasmación creativa, dotándonos de una mayor fe y mejor autoimagen para tener esperanza en dicho proceso. En la afectividad encontramos el nido protector que necesitamos para estos momentos en los que estamos más debiles, nos sentimos quebrados y queremos que alguien o el grupo nos sostenga, "ahora es cuando más os necesito, hermanos de caminada".
Creatividad y afectividad, nos tienen que dar el coraje para poder confrontar la crisis, cuidando el modo en que permitimos que nos afecte y también disponiendo de creatividad existencial para poder sacar el máximo provecho a las enseñanzas de dicha crisis.
Trascendencia nos aportará una conciencia ampliada de uno mismo, una capacidad para trascender y ver más haya de nuestras narices, una actitud más receptiva a la orientación renovadora que toda crisis debe tener.
Cuando la crisis pase, la transformación se abrá producido. Ya nadie es el mismo, cuando decide dar los pasos necesarios para la transformación: A veces pasa por abandonarse confiadamente, no resistirse, y observar integrando las enseñanzas que emergen de estos procesos ( las que se puedan, sin empacharse)
otras hay que sacar el guerrero interior, afilar la espada, colocarse la armadura, e iniciar la batalla. Una batalla que no se produce en el exterior, es una batalla interna para rasgar los velos que hasta ahora no nos permitian ver quienes somos, como nos hemos construido y que precio hemos pagado por bagar por el mundo con ese personaje, esa máscara. El guerrero de la luz tiene el valor de romper la máscara, y de reconocerse en todas sus facetas, caras y complejidad. Tenemos múltiples personalidades y también tenemos una Sombra con la que debemos aprender a bailar.
Hay un arma poderosa que nos puede quitar peso y hacernos más llevadera esa crisis: Prueba a no tomarte tan en serio, ha reirte de ti mismo, a ver el lado cómico de las cosas. Los más grandes maestros espirituales suelen tener un gran sentido del humor, saben reirse de todo. El que se rie de si mismo demuestra una gran maestria. Esto quiere decir que no se toma demasiado en serio a su personaje, que es capaz de hacerle burla a su ego.
Todos estamos llamados a pasar por nuestras transformaciones y saler fortalecidos para alzar el vuelo: Seremos mariposas de luz, alumbrando a aquellos que estan todavia entre tinieblas, luchando, resistiéndose a que se forme a su alrededor, la crisalida de transformación.