Todo prácticante de Biodanza tiene que comprender, que la base del
principio biocéntrico es internalizar el Feedack, la autoregulación y la
progresividad. Es la no observación de estas pautas orgánicas mínimas,
la que dificulta en demasia un verdadero desarrollo biológico, psicológico
y emocional de cada ser humano.
La falta de lectura
continua del feedback o retorno-respuesta a nuestras acciones, actitudes
y emisión de mensajes, genera nuestros más grandes conflictos, con
nosotros mismos y con los demás. Escuchar y ser sensible al otro, a su
ritmo, a sus señales, al dialogo no verbal, al complejo mundo humano en
donde muchas veces lo que se dice y lo que se muestra esta en profunda
contradición. Biodanza te enseña a desarrollar las otras sabidurías y
áreas de la comunicación humana. Ser sensible a los otros y escucharles
con amplitud de percepción, te ayudará en tu capacidad de empatía,
comprensión y te servirá enormemente para ser una presencia amorosa.
Feedback, o conexión: mirada, presencia, encuentro. |
El mundo de las prisas, el mundo de lo quiero para ya, el mundo de
querer llegar antes de partir, el mundo en el que vivimos que ha
desterrado la progresividad, el orden lógico de las cosas, la cultura
de lo rápido y fácil sin esfuerzo. La otra cara de esta moneda: el
esfuerzo forzado inorgánico e inprogresivo que pretende alcanzar la cima
apenas habiendo dado los dos primeros pasos. Estas actitudes tan de
nuestro tiempo, han provocado grandes daños que se derivan en una gran
inconsistencia existencial por que el conocimiento que se cree adquirido
no ha sido integrado, y se derrumba como un castillo de arena, en el
primer gran o pequeño reto que se presenta.
Autoregularse, es tan básico y fundamental en biodanza, como no terminar
con la lengua fuera tras un ejercicio de biodanza. El extremo de la
autoexigencia sin limites que clava sus raíces en dos polos egoícos de
la personalidad: orgullo o desvalorización - nos lleva a la
autodestrucción.

La muestra verdadera de que practicamos biodanza, es el modo en que nos conducimos en nuestra vida ordinaria. Sino observamos cambios, sino estamos siendo más progresivos, si seguimos dejándonos llevar por las prisas, sino somos más afectivos y escuchamos a los demás, y somos capaces de entrar en el ritmo de los otros ( las tortugitas acelerando un poco más, y los coyotes bajando su velocidad), tenemos la oportunidad de ser honestos con nosotros mismos y darnos cuenta que somos todavía aprendices de biodanza.
Victor Núñez - facilitador de Biodanza - Coordinador de Biodanza Orain.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Moderamos los comentarios para evitar Spam. En breve, sera publicado, un saludo,
Victor Núñez.