martes, 27 de julio de 2021

El poder de la vulnerabilidad

 

Conectar con nuestra condición vulnerable despierta en nosotros una sensibilidad de potenciales insospechados: Nuestra humanidad conectada a la fragilidad. Cuando uno se sabe frágil, comienza a contener su expresión expansiva y se mantiene atento, pulsando en su presencia despierta en empatía, comprensión, inclusividad y compasión. Uno en su vulnerabilidad se siente pequeño, pero a la vez sabe de los esfuerzos agotadores que conllevan tratar de destacar por no saber abrazar dicha vulnerabilidad. 
 

Paradójicamente , abrazarla libera y conserva muchísima energía secuestrada por el ego. La vida pasa delante nuestra sin enterarnos mientras estamos afanados en ser lo que no somos. Ya somos: Vida, Conciencia, Dicha Interior. El peor miedo es a desnudarte interiormente, por que es hay donde de verdad te vas a conocer. ¿Demostrar? No hay nada que demostrar. Es de esa energía que se alimenta y sostiene el perverso sistema. Lo peor de todo es que muchos sistemas y sus armazones y cimientos son copias mimeticas, constelaciones exactas de aquel sistema que dicen combatir: pura competitividad y lucha de poder. ¡ Liberarse de verdad es renunciar a esa carrera por ocupar un lugar en el Olimpo de los Dioses!
 

 
Brené Brown es una prestigiosa socióloga estadounidense que en sus últimos 12 años ha realizado trabajos sobre la vulnerabilidad, el coraje, la dignidad y la vergüenza.
 
En esta sociedad en la que “SER” es “PODER” es “TENER” es “APARENTAR” es “DEMOSTRAR”…René Brown nos da un mensaje revelador de lo que realmente es “SER”. Somos imperfectos, somos vulnerables, tenemos miedo, no siempre tenemos o hallamos las soluciones a nuestros conflictos y precisamente ahí es donde radica nuestra belleza…nuestra imperfección nos hace más humanos.
 
Si todos hiciéramos esto, nos sentiríamos mucho mejor con nosotros mismos y con los demás, nos veríamos como iguales y no como rivales o dignos de envidia.  


miércoles, 12 de mayo de 2021

LA HUMANIDAD EN TODA SU DESNUDEZ EXISTENCIAL

Esta crisis global ha destapado a la humanidad en toda su desnudez existencial. A dejado a la vista la enorme vulnerabilidad en la que quedan las personas por su gran dependencia de un sistema basado en un utilitarismo radical y desalmado. Todo orientado al tener renunciando al Ser. La identidad individual y colectiva se ha mostrado radicalmente exigua ¿Dónde están las capacidades de respuesta resiliente, afectiva, autónoma, empoderada? ¿Quién pudiera imaginar un analfabetismo emocional tan bestia y atroz? Y aún así, la parálisis del miedo sigue logrando que las personas erijan su cuerpo y su propia existencia en una cárcel autoimpuesta, se auto-confinen erigiendo un sobre-dimensionamiento de la amenaza externa. Es más, las personas se están amenazando a sí mismas, auto-limitándose, estrangulando su ímpetu vital, extinguiendo su vida por sobrevivir.  

"Se debe despertar en todas y todos, una sana compasión, se debe renovar un fuerte compromiso con la cultura del cuidado, la afectividad radical"

Y no, no estoy ejerciendo de conspiranoico. Creo que hay que cuidarse, hay que cuidar, y actuar con responsabilidad. Ni tampoco quiero emitir juicios de valor. Señalo una realidad emergente, no pongo en duda la legitimidad del modo en que cada cual ha sabido responder a esta distopía. De hecho, lo que creo es que se debe despertar en todas y todos, una sana compasión, se debe renovar un fuerte compromiso con la cultura del cuidado, la afectividad radical, la sensibilidad extrema hacia el feed-back reciproco basado en un profundo respeto y en una confianza originaria hacia los potenciales de cada ser humano. Queda un gran margen de crecimiento integral personal y colectivo, esto ha mostrado esta gran distopía.

jueves, 8 de abril de 2021

INTEGRACIÓN RADICAL PARA UNA IDENTIDAD SANADA FRENTE A LAS RELACIONES DE PODER

He de confesar que estoy lleno de contradiciones. A veces se me revuelven las tripas con las redes sociales. Principalmente cuando percibo una exaltación de la personalidad, un constructo de un personaje nada real frente a la dignidad de la propia persona que se expone vendiendo de este modo una imagen totalmente sesgada y en muchos casos inédita sacrificando con ello su propia integridad. Se que lucho también con fantasmas internos, con sentimientos púdicos, vergüenzas y que vencerlas pasa también por saber mostrarme desde una sana autoimagen, lo que me lleva a poner a prueba mi propia autoestima. Quiero pensar que es una oportunidad para mostrar un lado de mi personalidad. Como todas las personas, no soy ese que piensas. Al igual que tú, soy un misterio que no puede resolverse. Somos poliédricos, fluctuantes, bipolares, inestables, somos una completud que incluye aquello que no queremos mostrar, no queremos confrontar, no asumimos de nosotros mismos. 

He llegado a sentir nausea cuando navego entre las redes y descubro a miles de Telepredicadores vendiendo su crecepelos 4.0. Se que me tengo que preguntar si no estoy rechazando esto mismo, por rozar a veces esta tentación, esta tendencia. Sentirse en el papel de Salvador eleva al ego a sentir poder. No importa que sea desde ese papel de Salvador o de Verdugo o de Capitán General de la V División. Nuestro Ego se alimenta de poder. A veces del poder inverso que ofrece ser Victima. Sintiendo que sometes a tu voluntad a aquellos que sienten lástima por ti. Otras veces ejerciendo desde actitudes conspiranóicas ese poder oculto entre el grupo, tratando de doblegar a quién si tiene poder para sentir que al menos ejerces tu influencia y el ego se siente henchido de satisfacción por haber tenido acceso al menos a un sucedáneo de poder, a unas pequeñas migajas.

 


Yo entiendo que cuando Rolando Toro hablaba de estar enfermos de civilización, no era una metáfora, no era un discurso. Mostraba de manera totalmente implícita que la Civilización va de esto: de relaciones enfermas contaminadas por una estructura donde todo se sostiene a partir de relaciones de poder. Todos tenemos interiorizados  patrones y sistemas de creencias que refuerzan ese ADN del constructo civilizatorio, todos partimos de ser esa persona civilizada que biodanza trata de desconstruir para rescatarnos hacia una vida mucho más alineada con los instintos, con la relaciones, poniendo la vida en el centro.

Entonces debemos de preguntarnos siendo críticos, estando alertas, manteniendo la conciencia despierta, si dicho sistema y forma de relación compenetra completamente el sistema de relaciones de nuestra Comunidad. Precisamente las redes sociales, por ser sociales, pueden estar proyectando ese mismo sistema de relaciones. Biodanza como sistema de crecimiento colectivo, comienza y termina en ronda, para romper con el triangulo. Triangulo Jerárquico de arriba a abajo, donde unos pocos determinan lo que es de interés para unos muchos. La ronda como sistema circular de relaciones, transversal, con un facilitador al centro simbolizando la conciencia, para facilitar, ayudar a fluidificar esa fluidez circular de las relaciones. En el momento en el que ese facilitador se eleva por encima de la ronda, ha generado un sistema cónico, donde es más difícil distinguir cuando se esta produciendo un sistema jerárquico o lo que resulta mucho más perverso, el sistema pareciera ser circular, pero su mayoría de componentes están siendo inconscientemente gobernados por una estructura jerárquica oculta.

La ecuación que acabo de presentar tiene ese riesgo binario de simplificar demasiado. Cierta jerarquía y orden es necesaria en todo. Si quién ostenta responsabilidades por su valía de liderazgo, por su experiencia y formación, actúa con vocación de servicio, desde lo colectivo, con sabiduría y con una capacidad de visión, comprensión y discriminación adecuada, a veces es preferible una estructura jerárquica y piramidal, que una estructura circular. En lo colectivo, en  lo circular se acusa demasiadas veces la falta de experiencia, el miedo al compromiso, la tendencia del funcionamiento en masa, sin criterio, sin experiencia y desde las proyecciones acomplejadas, lo que genera grandes vulnerabilidades y riesgos para que lideres con tendencias toxicas, con visión distorsionada, que confunden los propios traumas con lo externo, manipulen a ese colectivo. Esa tendencia apare la estructura piramidal en la que quién esta en la cúspide, actúa también de este modo y se convierte precisamente en un  peligro social por que la proporción de poder que ostenta, lo lleva a ejercerlo para satisfacer las propias carencias, apartar los propios complejos, miedos y sentimientos de inferioridad, experimentando para si ese poder, alimentándose de las palmaditas en la espalda, tratando de ganar influencia, admiración y sentirse en la cúspide, convirtiéndose en un yonqui de la influencia y la notoriedad social. En realidad el niño herido de tres años se esta tomando su revancha. 

Biodanza desea habilitar en las personas la identidad. Seres adultos, conscientes, sociales y afectivos, que a partir de su propia integridad nacida de la integración de los instintos, de la resolución de las carencias afectivo-sexuales, de la consolidación de la propia autoestima y reconocimiento y aceptación de la propia imagen, puedan vivir a partir de la gracia, la fluidez, la levedad, puedan generar relaciones a partir de la epifanía del encuentro humano. Donde el adulto aparece para saber cuidar del propio niño interior herido y se relaciona a partir de la integridad, siendo inclusivo o asertivo con el otro, afectivo cuando toca y mostrando identidad y autoafirmación cuando es justo y necesario. Esto exige una fuerte autodeterminación personal y grupal. Exige una fuerte conciencia para saber discriminar en los diversos círculos de Biodanza, en dónde, cuándo y con quién podemos encontrar un espacio protegido que genere ecofactores positivos, que ofrezca un continente afectivo honesto y abiertamente sincero, para desenvolver el proceso personal y grupal evolutivo necesario hacia la integración vivencial, como argamasa para un fuerte componente de integridad en nuestro comportamiento social. Nos toca a todos estar atentos con nuestras propias tendencias para honestamente sanar aquellas partes internas, ocultas de nuestra propia personalidad que están generando disrupciones en nuestro camino hacia la integridad, por que es de ese modo que la sana identidad ira tomando mayor protagonismo frente al personaje como disfraz del ego.