EL GOZO DE LA SIEMBRA

De alguna manera, los facilitadores de Biodanza somos agricultores que siembran sin descanso. Los más capaces ya no viven esperando el fruto. Saben que el tiempo es cambiante, conocen los factores que ayudaran a la cosecha. Pero no viven desesperados, pensando en ella. Los buenos agricultores conocen cada uno de sus pasos, saborean sus ciclos, observan y cuando las cosas suceden, abren su pecho y su corazón, y se dejan sorprender por el misterio de la vida.

El gozo de la siembra no es echar la semilla sembrando dudas. El gozo de la siembra es sentir a flor de piel el tacto de cada una de las semillas, vivirlas como una caricia, y dejarlas caer con desprendimiento, sabiendo que la tarea esta hecha, y que el resto ya no depende de cada uno de nosotros. Y mis semillas, son pasos bajo la lluvia, que en forma de cartel anunciando un taller, son siembra en cada cabina telefónica, en cada pared desnuda, en cada farola titilante que alumbra la acera desgastada. Y mis semillas, son clics en botones de enviar, invitaciones a descubrir biodanza, ha atravesar una de esas puertas que si avanzas a través de ella, con confianza puede cambiarte la vida. Y mis semillas son las llamadas de teléfono a facilitadores para cuadrar agendas, y el rellenar de recibos cuando los gatos en celo buscan desesperados a sus gatas traviesas y solicitas.


Y voy caminando por el campo, bajo el sol y el calor, la lluvia y el viento, el frío de Enero, con una sonrisa en mi corazón y una certeza en el semblante, yo tan solo cumplo con mi misión, la que he elegido...la misión de construir un mundo más afectivo.